28 junio 2012

Los Moais de la Isla de Pascua caminaban... ayudados por sogas




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Durante siglos, la incógnita de cómo se movieron las estatuas de la Isla de Pascua asoló a los estudiosos. Ahora tenemos una nueva teoría. Las enormes moles fueron desplazadas aproximadamente 11 millas (18 kilómetros) desde la cantera sin utilizar la ayuda de ruedas, grúas o tracción de grandes animales.

Los científicos probaron con diversas hipótesis en el pasado, imaginando que los isleños utilizarían combinaciones de trineos, ruedas u cuerdas, pero ahora un grupo de arqueólogos han desarrollado una nueva teoría: Los Moais (así llaman a las estatuas) se movieron exclusivamente gracias a cuerdas y tracción humana.



Terry Hunt, de la Universidad de Hawai y Carl Lipo, de la californiana Universidad Estatal de Long Beach han trabajado juntos y con el arqueólogo Sergio Rapu, que pertenece a la etnia de los Rapanui han desarrollado una nueva teoría sobre el movimiento de los Moai, basado en una base en forma de arco y el uso de cuerdas de una forma concreta.

El año pasado, en investigaciones de mano de National Geografic Society, Hunt y Lipo demostraron que con 18 personas con tres cuerdas y un poco de práctica podían mover un Moai de 5 toneladas varios metros. En 1986, el ingeniero checo Pavel Pavel trabajó con el explorador/aventurero Thor Heyerdahl y, con la ayuda de 17 personas más consiguieron mover 4 metros un Moai de nueve toneladas, pero tuvieron que detenerse cuando la base de la estatua comenzó a estropearse.

La réplica “moai”de 5 toneladas , es guiada por los equipos en cada lado y detrás de él. La clave está en el vientre de cada estatua que produce un centro delantero de gravedad que ayuda con el transporte vertical.


Tres equipos, uno a cada lado y otro en la espalda, se encargan de maniobrar una réplica de la estatua de Isla de Pascua por un camino en Hawai para un documental de National Geographic.


Un año después el arqueólogo estadounidense Charles Love y un equipo de 25 personas, levantaron un modelo de nueve toneladas con una cuerda y consiguieron desplazarla sobre ruedas avanzando 148 pies (48 metros) en dos minutos. Mientras, muchos de los indígenas Rapanui siguen manteniendo firme una teoría, y afirman que ellos saben la verdad respecto al dilema: Las estatuas caminaban.

Fuente: National Geographic

El misterio de las coronas rojas sobre los Moais.


Quantum opina:

Por otra parte, científicos británicos han aclarado parte del misterio de las coronas rojas que ciñen los moais de la cantera Puna Pau de la Isla de Pascua (Chile), gracias al descubrimiento de un camino que se utilizó para transportarlas. Los profesores Sue Hamilton, del University College de Londres, y Colin Richards, de la Universidad de Manchester, han afirmado hoy que las coronas están hechas de rocas volcánicas procedentes de un antiguo volcán de la zona y que fueron elaboradas por los pobladores polinesios de la isla entre los años 1.250 y 1.500.


Escala real de los Moais comparado con el tamaño de un hombre.


Lo que sigue siendo una incógnita, según explicó la Universidad de Manchester en un comunicado de prensa, es cómo lograron aupar estas rocas de varias toneladas de peso hasta lo alto de los moais. Puna Pau está dentro del cráter de un volcán extinguido y se cree que una tercera parte del cráter fue empleado para la producción de las coronas de los moais.

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24 junio 2012

Voyager 1 está en el borde de nuestro sistema solar




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Datos de la nave Voyager 1 indican que esta venerable exploradora del espacio profundo ha encontrado una región en el espacio donde la intensidad de las partículas cargadas procedentes de más allá de nuestro sistema solar, ha crecido de una forma bastante marcada. Los científicos de la Voyager que observan este rápido incremento se están acercando a una conclusión inevitable, y a la vez histórica: el primer emisario de la humanidad hacia el espacio interestelar está en el borde de nuestro sistema solar.

“Las leyes de la física dicen que algún día la Voyager se convertirá en el primer objeto construido por el ser humano que se adentre en el espacio interestelar, pero todavía no sabemos cuándo será ese día,” dijo Ed Stone, científico del proyecto Voyager en el Instituto Tecnológico de California en Pasadena, California. “Los últimos datos indican que estamos claramente en una nueva región donde las cosas cambian más rápidamente. Es muy emocionante. Nos estamos acercando a las fronteras del Sistema Solar.”

La Heliosfera es una burbuja magnética en cuyo interior se encuentran los planetas de nuestro Sistema Solar. El límite que impone la burbuja se llama heliopausa. La capa que separa a la heliopausa del frente de choque de terminación se llama heliofunda.


Los datos, que tienen que realizar un viaje de 16 horas y 38 minutos (17800 millones de km) hasta llegar a las antenas de la Red de Espacio Profundo en la Tierra, detallan el numero de partículas cargadas medidas por los dos telescopios de altas energías a bordo de esta nave, que está a punto de cumplir su 35 aniversario. Estas partículas energéticas fueron generadas en explosiones de supernova de algunas de las estrellas de nuestro vecindario.

“Desde enero de 2009 a enero de 2012, ha habido un aumento gradual de alrededor del 25% en la cantidad de rayos cósmicos galácticos que la Voyager ha detectado”, dijo Stone. “Más recientemente, hemos visto una escalada rápida en esa parte del espectro electromagnético. Desde el 7 de mayo, los rayos cósmicos han aumentado un 5% en una semana y un 9% en un mes.”

Ubicación, no a escala, de las sondas más lejanas de la Tierra.


Este marcado aumento es uno de los tres conjuntos de datos que se necesitan para afirmar que estamos ante una nueva era de la exploración espacial. La segunda medida importante de los dos telescopios de la nave es la intensidad de partículas energéticas generadas dentro de la heliosfera, la burbuja de partículas cargadas que el Sol produce a su alrededor. Si bien ha habido un lento descenso en las mediciones de estas partículas energéticas, no han disminuido vertiginosamente, como cabría esperar cuando la Voyager atraviese finalmente las fronteras de nuestro sistema solar.

El último conjunto de datos que los científicos creen que revelarán un mayor cambio, es la medición de la dirección de las líneas de campo magnético que rodean a la nave. Mientras la Voyager siga dentro de la heliosfera, estas líneas irán de este a oeste. Cuando salga al espacio interestelar, el equipo espera que la Voyager encontrará que las líneas de campo magnético se orientarán en una dirección más de norte-sur. Estos análisis durarán semanas, y el equipo de la Voyager está ahora mismo analizando los números del último conjunto de datos.

Vista real de como es observada la Tierra desde la ubicación actual de la sonda Voyager, en la frontera del Sistema Solar.


“Cuando se lanzó la Voyager en 1977, la era espacial tan sólo tenía 20 años,”, dijo Stone. “Muchos de los que estábamos en el equipo sonábamos con alcanzar el espacio interestelar, pero realmente no sabíamos cuán largo podría ser ese viaje, o si estos dos vehículos, en los que invertimos tanto tiempo y energías, podrían seguir operando lo suficiente para alcanzarlo.”

Lanzados en 1977, las Voyager 1 y 2 siguen en buena forma. La Voyager 2 está a más de 14700 millones de kilómetros del Sol. Ambas naves operan como parte de la Misión Interestelar Voyager, una misión extendida para explorar el sistema solar exterior y más allá. Las Voyager de NASA son los dos representantes más lejanos de la humanidad y de su deseo de explorar.

Fuente: NASA

Ilustración de la burbuja que envuelve al Sistema Solar. Se nota además las dos naves Voyager.


Quantum opina:

Esta concepción artística muestra a las Voyager explorando una región turbulenta del espacio conocida como la heliopausa, la capa exterior de la burbuja de partículas cargadas que rodean nuestro sol. Después de más de 33 años de viaje, las naves Voyager pronto alcanzarán el espacio interestelar, que es el espacio entre las estrellas.

Nuestro Sol emite una corriente de partículas cargadas que forman una burbuja alrededor de nuestro sistema solar la cual se conoce como heliosfera. El viento solar viaja a velocidades supersónicas hasta cruzarse con una onda de choque llamado choque de terminación. Esa parte de nuestro sistema solar se muestra en azul oscuro. La Voyager 1 cruzó el choque de terminación en diciembre de 2004 y el Voyager 2 lo hizo en agosto de 2007. Más allá del choque de terminación se encuentra la heliopausa, que se muestra en color gris, donde el viento solar se ralentiza drásticamente y se calienta. Fuera de estos dos ámbitos existe un territorio dominado por el viento interestelar, que sopla desde la izquierda en esta imagen. A medida que el viento interestelar se acerca a la heliosfera, se forma un arco de choque, indicado en la imagen por el arco brillante.

Las Voyagers fueron construidas por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California, el cual continúa operando ambas naves. JPL es una división del Instituto Tecnológico de California en Pasadena. Las misiones Voyager son una parte de la NASA Heliofísica Observatorio del Sistema, patrocinado por la División de Heliofísica de la Dirección de Misiones Científicas.

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22 junio 2012

El meteorito que exterminó dinosaurios causante color rojo en tomates




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Hace 65 millones de años, un gran meteorito de diez km. de diámetro chocó contra la Tierra causando la extinción de los dinosaurios y, de paso, de más del 70% de todas las especies vivas del planeta. Ahora, un grupo de científicos holandeses cree que fue precisamente ese meteorito el responsable del color rojo de los tomates actuales.

La idea surgió de los análisis genéticos llevados a cabo para la secuenciación del genoma del tomate, que fue publicada por la revista Nature el pasado 30 de mayo. El mapa genético del tomate indica, en efecto, que el genoma original de esta planta era mucho más pequeño que el actual, y que éste triplicó súbitamente su tamaño, precisamente, entre hace 60 y 70 millones de años.

Topografía del genoma del tomate publicado en la revista Nature.

"Una expansión tan grande del genoma -asegura René Klein Lankhorst, que coordinó los trabajos de secuenciación del genoma del tomate en la Universidad holandesa de Wageningen UR- apunta directamente a unas condiciones extremadamente estresantes. Sospechamos que el impacto del meteorito y la posterior reducción de la luz solar (a causa del polvo), creó unas condiciones de supervivencia muy difíciles para las plantas. Y un lejano antepasado de la del tomate reaccionó, para aumentar sus posibilidades de sobrevivir, expandiendo su genoma".

Muchos años más tarde, cuando las condiciones empezaron a mejorar, este antepasado de nuestra planta del tomate se encontró con una gran cantidad de "lastre" genético a sus espaldas y lo utilizó para sentar las bases (genéticas) para la mejora de sus frutos. Los tomates adquirieron así su característica coloración roja y sus plantas se empezaron a diferenciar así de otro miembro de su misma familia, la patata, que no es capaz de producir frutos comestibles.

Un gran meteorito de diez km. de diámetro chocó contra la Tierra causando la extinción de los dinosaurios.

Klein Lankhorst ha participado, desde 2004, en el consorcio internacional para la secuenciación del genoma del tomate. Y a pesar de que los primeros resultados se acaban de publicar en Nature (el pasado 30 de mayo), la información genética de esta planta lleva ya dos años a disposición de los investigadores. A través de los datos genéticos, los científicos pueden bucear en el tiempo y rastrear, en la práctica, el origen de cualquiera de sus características. Con sus 35.000 genes, el "mapa" del tomate permite profundizar, de hecho, incluso en las más pequeñas variaciones sucedidas durante su larga evolución.

Fuente: ABC

El impacto de la roca y la posterior reducción de la luz solar hace 65 millones de años provocaron cambios en el genoma original de esta planta.


Quantum opina:

Los miembros del Consorcio de Genómica del Tomate, formado por científicos de una quincena de países de todo el mundo han logrado descifrar el «código de barras» original del tomate. Los investigadores señalan que los tomates tienen unos 35.000 genes organizados en doce cromosomas, relacionados con cualquiera de sus características, ya sea el sabor, la resistencia natural a las plagas o el contenido nutricional. Como curiosidad, su genoma se distingue en un 8% del de la patata, descifrado el pasado año.

Dicho trabajo ha costado millones de dólares y permitirá producir nuevas variedades de tomates más suculentas, fuertes y nutritivas. También permitirá producir cultivos más resistentes a las enfermedades y las plagas. En lo adelante será más fácil y mucho menos costoso para los productores hacer lo mismo con otras. Fresas, manzanas, melones, plátanos y otros muchos frutos carnosos comparten algunas características con los tomates, por lo que la información sobre los genes y las vías involucradas en la maduración del fruto también podría aplicarse a estos cultivos, ayudando a mejorar su calidad y reducir los costos.

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21 junio 2012

NASA descubre evidencias de hielo en cráter de la Luna




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La nave Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA ha hallado un cráter situado en el polo sur de la Luna que está compuesto por hielo en un 22%. Según los expertos de la agencia espacial, este hallazgo, para el que se ha utilizado luz láser, ayudará a comprender la formación del cráter, así como a estudiar otras zonas inexploradas del satélite.

En esta investigación, publicada en 'Nature', el altímetro de LRO examinó el suelo del cráter, llamado Shackleton, y comprobó que la superficie del cráter era más brillante que la de otros cercanos, lo cual indica la presencia de pequeñas cantidades de hielo.

El equipo de Zuber diseñó un conjunto de mapas que reconstruyen con gran detalle el relieve, las pendientes, la aspereza y la reflectancia de las distintas partes del cráter.


El coautor del trabajo, Gregory Neuman, ha indicado que "las mediciones de brillo han estado desconcertando a los investigadores desde que hace dos veranos". En este sentido, ha explicado que en estas mediciones "la distribución del brillo no era exactamente lo que se había esperado" teniendo en cuenta las temperaturas frías existentes dentro de sus cráteres polares.

"La nave asignada usó un láser para iluminar el interior del cráter y medir su energía luminosa o reflectancia natural", ha indicado Neuman, quien ha apuntado que la luz láser mide a una profundidad comparable a la longitud de onda, o alrededor de una micra. En este 'exámen' al cráter, los científicos detectaron que la parte más profunda era relativamente brillante, pero sus paredes lo eran aún más.

La nave cartografió el cráter Shackleton con un detalle sin precedentes utilizando un láser para iluminar el interior del cráter y medir su albedo o reflectancia natural. La luz láser mide a una profundidad comparable a la longitud de onda, alrededor de una micra. Esto representa una millonésima de un metro.


Relieve del terreno

Una teoría ofrecida por el equipo para explicar la formación y composición de Shackleton es que una sacudida sísmica provocada por impactos de meteoritos o por las mareas gravitacionales de la Tierra, podrían haber forjado las paredes del cráter. Sin embargo, los expertos señalan que "puede haber múltiples explicaciones para el brillo".

Por otra parte, en este trabajo el equipo también usó el instrumento para trazar el relieve del terreno del cráter. Así, en esta investigación no sólo se ha encontrado evidencias de hielo en la Luna, sino que también se comprobó la "buena conservación" del cráter lunar que, según ha indicado el investigador, "se ha mantenido relativamente a salvo desde su formación hace más de 3.000 millones de años".

El interior del cráter está salpicado de varios cráteres pequeños, que pueden haberse formado como parte de la colisión que creó Shackleton. El cráter, nombrado así en honor al explorador antártico Ernest Shackleton, tiene dos kilómetros de profundidad y más de 19 kilómetros de ancho. Al igual que varios cráteres en el polo sur de la Luna, la pequeña inclinación del eje de rotación lunar provoca que el interior del cráter esté permanentemente en la oscuridad y, por lo tanto, extremadamente frío.

Fuente: El Mundo

El cráter Shackleton.


Quantum opina:

El hallazgo tuvo algo curioso y lo es el hecho de que las paredes del cráter poseen un brillo mucho mayor que el suelo, ¿Cómo se explica esto? El equipo cree que de vez en cuando la Luna experimenta sacudidas sísmicas provocadas por colisiones o por las mareas gravitacionales de la Tierra. Tales sismos lunares pueden haber causado que las paredes del cráter Shackleton se desprendieran revelando un suelo más brillante debajo.

Si alguna vez volvemos a la Luna, los polos pueden ser el mejor lugar donde instalarnos. Debido a la pequeña inclinación del eje de rotación lunar, contienen regiones expuestas a la luz solar casi permanentemente -necesarias para obtener energía- y otras zonas cercanas a la oscuridad eterna que contienen hielo, un recurso esencial para cualquier colonia lunar. La zona que rodea el cráter Shackleton podría ser un lugar privilegiado.




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