Fomalhaut, la estrella más brillante de la constelación del Pez Austral (su nombre procede del árabe y significa "la boca del pez"), no solo es una de las estrellas más brillantes de la noche. Es también el lugar donde se creía haber observado por vez primera directamente un planeta extrasolar y hoy, precisamente, varios grupos de investigación nos revelan datos sobre su formación.
Utilizando ALMA, astrónomos determinaron que la estrella Fomalhaut está rodeada por planetas un poco más grandes que la Tierra.
En la noticia que recoge El Mundo, podemos ver la imagen que ha proporcionado el Herschel. En el centro tenemos la estrella y alrededor un disco de polvo, originado en el proceso de formación de esta estrella, a 25 años luz de nosotros, que aún está en marcha. En efecto se trata de una estrella joven, de la que ya hace 30 años se sabía que tenía un disco de polvo alrededor. Las imágenes con el Telescopio Espacial Hubble permitieron comprobar en noviembre de 2008 que Fomalhaut, además de ese enorme disco de material protoplanetario, parecía tener ya un planeta. Había sido observado en varias ocasiones a lo largo de varios años y, aunque muy débil en comparación con la luz de la estrellas (miles de millones de veces menos intenso, de hecho), las sensibles observaciones lo habían localizado. Se trataba de un planeta alejado de su estrella: de ponerlo en el Sol estaría a 10 veces la distancia de Saturno.
La separación entre el disco de polvo y la estrella Fomalhaut es 140 veces la distancia entre el Sol y nuestro planeta, algo que para los astrónomos demostraría que los planetas de este sistema son de los más fríos que se han descubierto hasta el momento.
Sin embargo, a comienzos de este año, nuevas imágenes del HST, además de los datos obtenidos con otros telescopios terrestres, ponían en duda que realmente sea un planeta, sino más bien una concreción del polvo del disco, el equivalente a un protoplaneta. Quizá el sistema es aún demasiado joven (menos de un millón de años) como para haber formado planetas grandes, con una masa que posiblemente podría ser tres veces la masa de Júpiter. La cuestión, en cualquier caso, queda abierta a futuros telescopios con mayor resolución.
Mientras tanto, Fomalhaut no ha dejado de ser observada. Usando el Herschel, un proyecto europeo de ESA con la colaboración de la NASA, que es un potente telescopio en el infrarrojo, se ha podido obtener imágenes con más detalle del disco en torno a la estrella. La dinámica del disco y las propiedades de la luz, indican que a pesar de que la estrella, muy luminosa, ejerce un poderoso viento estelar que debería haber barrido ya el disco, hay otro fenómeno que alimenta el disco, además del posible planeta gaseoso: colisiones constantes entre cuerpos similares a los cometas que estarían en torno a ese sol.
Mientras tanto, Fomalhaut no ha dejado de ser observada. Usando el Herschel, un proyecto europeo de ESA con la colaboración de la NASA, que es un potente telescopio en el infrarrojo, se ha podido obtener imágenes con más detalle del disco en torno a la estrella. La dinámica del disco y las propiedades de la luz, indican que a pesar de que la estrella, muy luminosa, ejerce un poderoso viento estelar que debería haber barrido ya el disco, hay otro fenómeno que alimenta el disco, además del posible planeta gaseoso: colisiones constantes entre cuerpos similares a los cometas que estarían en torno a ese sol.
Herschel detectó un gran número de partículas heladas abandonando el disco, hacia el espacio exterior, a toda velocidad.
Lo mismo sucedió en los tiempos tempranos del Sistema Solar, aunque ahora gran parte de esos cometas están muy lejos del Sol, en una región denominada Nube de Oort. En el caso de Fomalhaut, las colisiones son constantes, y elevadas, y eso permite tener ese enorme disco.
Pero no solo el infrarrojo, (que es el rango del espectro en el que podemos observar mejor este tipo de objetos cuya temperatura típicamente está entre -200 y .-150 grados), también las ondas de radio, con longitudes de onda de milímetros, permiten obtener detalladas imágenes del disco de Fomalhaut. El Observatorio Europeo Austral (ESO) acaba de dar a conocer otra imagen sorprendente de la estrella y su disco, obtenida con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un conjunto de antenas que funcionan coordinadamente y que ha comenzado a trabajar recientemente aunque todavía está en construcción. La imagen por el momento no es completa: podemos verla en el arranque de esta historia, superpuesta a una imagen en el óptico del Telescopio Hubble. La observación confirma que el borde del disco es muy definido, y eso podría estar indicando que hay planetas ya casi formados tanto en el interior como en el exterior del disco, que por efecto gravitatorio confinan ese polvo y hielo procedente de los choques entre cometas a una región precisa.
Pero no solo el infrarrojo, (que es el rango del espectro en el que podemos observar mejor este tipo de objetos cuya temperatura típicamente está entre -200 y .-150 grados), también las ondas de radio, con longitudes de onda de milímetros, permiten obtener detalladas imágenes del disco de Fomalhaut. El Observatorio Europeo Austral (ESO) acaba de dar a conocer otra imagen sorprendente de la estrella y su disco, obtenida con ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un conjunto de antenas que funcionan coordinadamente y que ha comenzado a trabajar recientemente aunque todavía está en construcción. La imagen por el momento no es completa: podemos verla en el arranque de esta historia, superpuesta a una imagen en el óptico del Telescopio Hubble. La observación confirma que el borde del disco es muy definido, y eso podría estar indicando que hay planetas ya casi formados tanto en el interior como en el exterior del disco, que por efecto gravitatorio confinan ese polvo y hielo procedente de los choques entre cometas a una región precisa.
Los bordes interior y exterior del delgado disco son muy marcados, lo cual demuestra que las partículas de polvo se mantienen en el interior del anillo gracias al efecto gravitacional de los planetas.
Un fenómeno análogo al que mantiene los anillos en Saturno y los otros grandes planetas de nuestro sistema solar. Por el momento los análisis seguirán, aunque los científicos especulan que esos planetas "pastores" del disco (un disco que tiene una anchura equivalente a 16 veces la distancia entre la Tierra y el Sol) podrían ser pequeños, de tipo terrestre, más que grandes planetas de tipo gaseoso.
Aunque aún no sabemos realmente cómo es ese sistema de anillos y posibles planetas formándose en torno a esta joven estrella, y así quedan por resolver muchos misterios, las imágenes y los datos de los nuevos ojos que los astrónomos tienen se muestran muy poderosos para poder ir entendiendo cómo se forman las estrellas y cómo en torno a suyo nacen planetas... quién sabe si alguno como el nuestro.
Aunque aún no sabemos realmente cómo es ese sistema de anillos y posibles planetas formándose en torno a esta joven estrella, y así quedan por resolver muchos misterios, las imágenes y los datos de los nuevos ojos que los astrónomos tienen se muestran muy poderosos para poder ir entendiendo cómo se forman las estrellas y cómo en torno a suyo nacen planetas... quién sabe si alguno como el nuestro.
Por Javier Armentia
Fuente: El Mundo.es
Deben haber entre 260.000 millones y 83 billones de cometas alrededor de Fomalhaut. Una cantidad parecida al de los cometas que hay en las afueras de nuestro propio Sistema Solar, en la nube de Oort, que se formó a partir de incontables objetos arrojados fuera del disco de material que rodeaba al Sol cuando éste era igual de joven que Fomalhaut, hace unos 5.000 millones de años.
Quantum opina:
Fomalhaut (Alfa Piscis Australis), es una estrella a 25 años luz de distancia y con unas dos veces la masa del sol, tiene tan sólo unos 200 millones de años de edad. Nuestro Sol apenas tiene unos cinco mil millones. Cuando nuestro sistema solar tenía 200 millones de años de edad, asteroides y cometas llovían sobre los planetas y sus lunas, modificando sus atmósferas. Se cree que el material restante de este bombardeo planetario formó posteriormente lo que hoy conocemos como el Cinturón de Kuiper.
Aunque el anillo de Fomalhaut es análogo al Cinturón de Kuiper de nuestro sistema solar, su diámetro es cuatro veces mayor que el de éste. El tamaño del anillo de polvo de Fomalhaut sugiere que no todos los sistemas planetarios se forman y desarrollan de la misma manera. El cinturón es probablemente fruto de un planeta o planetas en órbitas distantes, quizás a entre unas 50 y 70 Unidades Astronómicas (UA). Una UA es la distancia entre la Tierra y el Sol.
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Aunque el anillo de Fomalhaut es análogo al Cinturón de Kuiper de nuestro sistema solar, su diámetro es cuatro veces mayor que el de éste. El tamaño del anillo de polvo de Fomalhaut sugiere que no todos los sistemas planetarios se forman y desarrollan de la misma manera. El cinturón es probablemente fruto de un planeta o planetas en órbitas distantes, quizás a entre unas 50 y 70 Unidades Astronómicas (UA). Una UA es la distancia entre la Tierra y el Sol.
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