Desde el lanzamiento de la misión Kepler, de la NASA, a principios de este año, los astrónomos han esperado con gran expectación la primera detección de un planeta de tipo terrestre alrededor de otra estrella. Ahora, en lo que parece un nuevo caso de ciencia-ficción convertida en realidad, un equipo de científicos dirigido por David Kipping del University College de Londres piensa que pueden hallar incluso lunas habitables en torno a planetas de otros sistemas solares.
La misión principal del Kepler es escudriñar miles de estrellas buscando las sutiles pero delatadoras oscilaciones en su brillo provocadas por el paso periódico de alguno de sus planetas ante ellas. El observatorio orbital debe ser capaz de hacer mediciones precisas de estas oscilaciones.
Kipping ya ha desarrollado un método para detectar lunas en torno a planetas de otros sistemas solares (exolunas alrededor de exoplanetas) pero, hasta hoy, nadie estaba seguro de si podría realmente utilizarse con la tecnología actual.
La misión principal del Kepler es escudriñar miles de estrellas buscando las sutiles pero delatadoras oscilaciones en su brillo provocadas por el paso periódico de alguno de sus planetas ante ellas. El observatorio orbital debe ser capaz de hacer mediciones precisas de estas oscilaciones.
Kipping ya ha desarrollado un método para detectar lunas en torno a planetas de otros sistemas solares (exolunas alrededor de exoplanetas) pero, hasta hoy, nadie estaba seguro de si podría realmente utilizarse con la tecnología actual.
La función principal de la sonda Kepler es la de encontrar lugares habitables en el universo
Ahora, Kipping y su equipo han modelado las propiedades de los instrumentos del Kepler, simulando la intensidad de señal que se espera que genere una luna habitable. La gravedad de una exoluna tira del planeta sobre el que orbita, haciendo que el planeta se bambolee durante su órbita alrededor de su estrella anfitriona. Los cambios resultantes en la posición y la velocidad del planeta deberían ser detectables por el Kepler.
Los científicos consideraron una amplia gama de posibles sistemas planetarios y encontraron que un planeta "esponjoso" similar a Saturno (el planeta de los anillos es extremadamente bajo en masa para su tamaño) ofrece la mejor oportunidad posible para detectar una luna, en lugar de un planeta más denso, similar a Júpiter. El motivo es que planetas como Saturno son grandes y bloquean mucha luz a medida que pasan por delante de sus estrellas, pero son muy livianos, lo que significa que su bamboleo será mucho más amplio que el de un planeta pesado.
El equipo encontró que exolunas habitables con masas de por lo menos 0,2 veces la masa de la Tierra son fácilmente detectables con el Kepler
Si el planeta del tipo de Saturno está a la distancia correcta de su estrella, entonces la temperatura a su alrededor permitirá la existencia de agua líquida de manera estable sobre cualquier luna lo bastante grande en órbita a él. Esa luna podría ser habitable. El equipo encontró que exolunas habitables con masas de por lo menos 0,2 veces la masa de la Tierra son fácilmente detectables con el Kepler.
Potencialmente, el observatorio podría buscar lunas habitables con masas similares a la de la Tierra en los hipotéticos sistemas planetarios de unas 25.000 estrellas, distantes hasta 500 años-luz del Sol. En todo el firmamento, debe haber millones de estrellas que podrían ser estudiadas buscando exolunas habitables con la tecnología actual.
"Parece probable que existan muchos miles, posiblemente millones, de exolunas habitables en la galaxia, y ahora podemos empezar a buscarlas", señala Kipping.
Fuente: Scitech News
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