La nave japonesa Kaguya, que se lanzó en 2007 e impactó sobre la superficie lunar (10 de junio 2009), detectó uranio con un espectrómetro de rayos gamma. Los científicos están usando el instrumento para crear mapas de la composición superficial de la Luna, mostrando la presencia de torio, potasio, oxígeno, magnesio, silicio, calcio, hierro y titanio.
Los hallazgos son la primera prueba concluyente de la presencia de elementos radiactivos en el polvo lunar, dijeron los investigadores. Anunciaron el descubrimiento recientemente en la 40 Conferencia Planetaria y Lunar y en Actas del Seminario Internacional de Avances en Ciencia de Rayos Cósmicos.
“Ya hemos logrado resultados de uranio, de lo cual nadie había informado anteriormente”, dijo Robert Reedy, científico veterano en el Instituto de Ciencias Planetarias con sede en Tucson, y miembro del equipo científico de Kaguya. “Estamos obteniendo más elementos nuevos y refinando y confirmando los resultados encontrados en los viejos mapas”.
Los hallazgos podrían ayudar a decidir dónde construir futuras colonias lunares, dado que los puestos avanzados habitados necesitarán energía, y podrían potencialmente derivarla de las plantas de energía nuclear. También existe la posibilidad de que nuestro satélite pueda servir como fuente minera para el uranio necesario en la Tierra.
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la minería espacial y tecnología de vuelos espaciales tripulados
podrían estar disponibles en las próximas décadas
.¿es rentable?
Aunque la minería espacial se ve bien en papel, una vez que haces un poco de cuentas, de repente te das cuenta de que realmente es una empresa infernal. Esta mirada a la economía de la minería espacial es especialmente desalentadora.
Aunque la minería espacial se ve bien en papel, una vez que haces un poco de cuentas, de repente te das cuenta de que realmente es una empresa infernal. Esta mirada a la economía de la minería espacial es especialmente desalentadora.
Una mirada rápida a los distintos sitios web de promoción del espacio muestra que la minería espacial se acepta como una industria del futuro. Después de todo, la ciencia ficción lo viene diciendo hace años. Dada una tecnología suficientemente avanzada, seremos capaces de construir una nave espacial con una plataforma de minería, la enviaremos a la luna o al cinturón de asteroides (obviamente, una muy corta distancia), llenaremos la bodega con minerales (o, si somos tan avazados, con metales preciosos ya refinados) y estaremos de vuelta en la Tierra a la semana, el siguiente viernes.
Sin embargo, cuando examinamos la situación, nos enfrentamos a una verdadera bestia.. El aspecto económico.
Suponemos que van a ser empresas (y no gobiernos) las que querrán explotar minas en la luna y/o asteroides, y asumimos que la minería espacial y tecnología de vuelos espaciales tripulados podrían estar disponibles en las próximas décadas (y no, no hemos considerado la nanotecnología; no creo que los nanobots come-rocas esten disponibles en los próximos 20 años). También asumimos que esas empresas mineras del espacio desean obtener beneficios (podríamos estar equivocados). Desafortunadamente, la minería en los asteroides no tiene mucho sentido desde una perspectiva comercial. El riesgo es demasiado alto, los gastos generales son enormes, y el retorno de la inversión –al mismo tiempo impresionante– no paga las cuentas.Y luego hay que considerar que hay peligros, como los accidentes espaciales y posibles accidentes laborales, que se deben sumar al factor riesgo.
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La minería espacial va a ser la primera fiebre real del oro
.Así que no es una propuesta empresarial muy atractiva construir una flota minera y enviarla a un paseo interplanetario; la mayoría de las empresas preferirían crear una instalación minera en el centro de la Antártida. Pero no estamos vertiendo agua fría sobre la aventura en sí misma, hemos trabajado en el estudio de las varias maneras en que las futuras empresas pueden convertir la minería de asteroides en una industria.
En el futuro, cuando la humanidad esté suficientemente avanzada, las naciones, las empresas y los empresarios despacharán enormes naves de carga desde y hacia la luna e incluso, hacia el cinturón de asteroides. La minería espacial va a ser la primera fiebre real del oro, pero no sólo el oro, vamos a ser capaces de consumir todos los componentes tales como el platino, el iridio y silicio (¿silicio?). Las economías globales se inundarán con una nueva riqueza que se alimentará con la nueva abundancia del Sistema Solar. Los tiempos serán buenos, después de todo, éste es el futuro.
Fuente: Astro Engine
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