Aunque suene inverosímil, el planeta Tierra rota sobre sí misma a 1.000 kilómetros por hora. Y, por lo tanto, incluso durmiendo, estamos yendo a esa velocidad en nuestro vehículo planetario.
Pero esto sólo se cumple en las personas que viven hacia la latitud en que se encuentran los países Mediterráneos. Los que viven en el ecuador, viajan a 1.667 kilómetros por hora. Esto sucede porque deben recorrer una distancia bastante mayor al rotar. La Tierra se desplaza en el espacio alrededor del Sol. Y lo hace a la nada despreciable velocidad de 107.228 kilómetros por hora.
A su vez, el Sol no se está tranquilo. Va lanzado a 790.000 kilómetros por hora hacia el centro de la Vía Láctea. Así pues, el Sol (y todos los planetas que le rodean, el Sistema Solar) dan una vuelta completa a la Vía Láctea en 200 millones de años. Actualmente ya se ha completado un cuarto de vuelta desde la era de los dinosaurios. Pero esta velocidad va incrementándose, como si cayéramos por una pendiente. Porque la propia Vía Láctea, la galaxia en la que habita nuestro Sistema Solar y otros miles de sistemas solares, viaja a 900.000 kilómetros por hora.
¿Hacia dónde vamos tan disparados como una flecha? Pues hacia el centro de los masivos cúmulos de la constelación de Virgo que, a su vez, por supuesto, se encamina hacia una masa mayor a 1.400.000 kilómetros por hora. Esta masa a la que nos dirigimos todos es Acuario. Así pues, la velocidad final a la que nos movemos es 1.400.000 kilómetros por hora. No es mucho si nos comparamos con la luz, que viaja a 1.079.224.000 kilómetros por hora.
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Plano de la galaxia y del Sistema Solar
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La posición de nuestro Sistema Solar con respecto al plano de la galaxia -la Vía Láctea- depende de múltiples factores, como la inclinación de la eclíptica solar, la inclinación del Sistema Solar, etc. Hay pocos libros de astronomía que presenten diagramas de referencia de planos entre el Sistema Solar con respecto a la galaxia, así es que regularmente pensamos que el “arriba” o el norte para la tierra también es “arriba” o norte para la galaxia. Sin embargo, el plano del Sistema Solar no es coplanario con respecto al plano de la Vía Láctea, sino que está inclinado en casi 90°.
El Sistema Solar describe tres clases de movimientos, cada uno a una velocidad específica y con una alternación limitada:
1. El movimiento más largo y rápido es el movimiento orbital del Sistema Solar alrededor del núcleo de nuestra galaxia. La velocidad del movimiento orbital del Sistema Solar alrededor del centro de la galaxia es de 217.215 kilómetros/s. El Sistema Solar completa una vuelta alrededor de la galaxia cada 226 millones de años.
2. El segundo movimiento, descrito en la mayor parte de libros de la astronomía, es la oscilación del Sistema Solar de norte a sur y viceversa con respecto al plano galáctico. Es una oscilación hacia arriba y hacia abajo, determinada principalmente por el tirón gravitación entre los cuerpos celestes que forman el Sistema Solar. La velocidad de este movimiento es de 7 kilómetros por segundo.
3. El tercer movimiento es en ruta hacia el centro de la galaxia y en el orden inverso; es decir, moviéndose lejos del centro de la galaxia. Este también es un movimiento de vaivén, pero influenciado por la gravitación de los cuerpos celestes externos e internos de la galaxia cercanos al Sistema Solar. Este movimiento tiene una velocidad de 20 km/s, y ahora está dirigido hacia la constelación de Hércules.
Los tres movimientos en conjunto le confieren al Sistema Solar un movimiento aparente helicoidal alrededor del núcleo de la galaxia.
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Movimientos del Sistema Solar
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El plano del Sistema Solar está inclinado por unos 90° con respecto al plano de la Galaxia. El Sistema Solar se encuentra situado en el brazo Orión (llamado también Brazo Local), el cual es interior con respecto al Brazo Perseo.
El movimiento orbital del Sistema Solar está representado en el modelo por la línea larga discontinua. Este movimiento tiene una velocidad de 217.215 Km/s, por lo cual, el Sistema Solar tarda 226 millones de años en dar una vuelta completa alrededor del núcleo galáctico.
El movimiento de vaivén acercándose al centro de la galaxia es determinado por el tirón gravitacional del núcleo galáctico y de los objetos celestes cercanos que están adentro con respecto al Sistema Solar. El movimiento contrario de alejamiento del núcleo galáctico es determinado por la rotación del Sol y por el tirón gravitacional de los objetos celestes externos con respecto a la órbita del Sistema Solar. Este movimiento oscilatorio hacia adentro y hacia fuera tiene una velocidad de desplazamiento de 20 Km/s.
El movimiento en sentido Norte-Sur y viceversa con respecto al plano de la galaxia es influido por los movimientos de los cuerpos que constituyen al Sistema Solar, incluyendo los movimientos propios del Sol. La velocidad de este movimiento es de 5-7 Km/s y comprende unos 20 años luz.
La línea discontinua azul con forma helicoidal representa el movimiento aparente del Sistema Solar sumando los tres movimientos.
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Nube cósmica y Sistema Solar en el plano galáctico visto desde el norte sideral
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El movimiento orbital del Sistema Solar está representado por la línea amarilla discontinua. El Sistema Solar se mueve a 217.215 Kilómetros por segundo alrededor del núcleo galáctico.
La nube cósmica se sitúa arriba y adelante del Sistema Solar. La nube cósmica se mueve alejándose del núcleo de la Vía Láctea a 15-20 kilómetros por segundo. Su movimiento es independiente del movimiento de las estrellas, pues está constituida por polvo, partículas y radiación electromagnética. La Nube Cósmica Interestelar se está acercando al Sistema Solar a una velocidad relativa de 37 kilómetros por segundo. Pensamos que nuestro Sistema Solar se encontrará con esa nube en cualquier momento durante los próximos años. Actualmente nuestro Sistema Solar está sufriendo el embate de enormes burbujas de polvo y radiación cósmica, pero estos no forman parte de la Nube Cósmica referida.
LOS MOVIMIENTOS DE LAS NUBES CÓSMICAS Y DEL MATERIAL INTERESTELAR QUE FORMAN LOS BRAZOS DE LA GALAXIA SON INDEPENDIENTES DE LOS MOVIMIENTOS DE LAS ESTRELLAS QUE SE ORIGINAN EN ESAS NUBES.
Hay muchas otras grandes “burbujas” de radiación cósmica (viento interestelar) que chocan con el viento solar, lo cual causa cambios en la actividad solar y en el clima de los planetas del Sistema Solar. Las naves espaciales Voyager-1 y Voyager-2 han detectado radiación cósmica de alta densidad que está afectando el clima en la Tierra y en otros planetas del Sistema Solar.
Los cambios se han manifestado primordialmente como incrementos en la temperatura troposférica terrestre por encima de las fluctuaciones estándar. El calentamiento ha sido detectado en otros planetas del Sistema Solar, como en Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Plutón.
Algunos satélites de Júpiter y de Saturno están experimentando cambios climáticos y calentamiento.
Autor: Biól. Nasif Nahle