11 octubre 2009

Científico afirma que Europa, la luna de Júpiter, es apta para la vida




votar


Una nueva investigación de Richard Greenberg, de la Universidad de Arizona, indica que puede haber gran cantidad de oxígeno disponible en ese océano para sustentar la vida, cien veces más oxígeno de lo estimado previamente. El océano global que cubre Europa, una de las lunas mayores de Júpiter, es de aproximadamente el doble de todos los océanos juntos de la Tierra.

Las posibilidades de vida allí estaban inciertas, ya que el océano de Europa se encuentra debajo de varios kilómetros de hielo que separan el océano de la producción de oxígeno en la superficie, causada por las partículas energéticas con carga (similares a los rayos cósmicos). Sin oxígeno, es concebible que exista una vida en las aguas termales del fondo del océano, con exóticas químicas metabólicas basadas en el azufre o la producción de metano. Sin embargo, no está claro si el fondo del océano realmente podría crear las condiciones para una vida así.

Las concentraciones de oxígeno pueden ser suficientemente grandes como para apoyar no sólo microorganismos, sino también “macrofauna”.

Por lo tanto, una cuestión clave es si llega suficiente oxígeno al océano como para respaldar procesos metabólicos en base al oxígeno, más familiares para nosotros. Se obtiene una respuesta al considerar la edad de la superficie de Europa. Su geología y la escasez de cráteres de impacto indica que la parte superior del hielo es reformada continuamente, de modo que la superficie actual tiene sólo 50 millones de años, aproximadamente el 1% de la edad del Sistema Solar.

Greenberg ha examinado tres procesos genéricos de rejuvenecimiento: un agregado gradual de capaz de material fresco en la superficie, las grietas que se abren y se llenan de hielo fresco desde abajo y las perturbaciones de los parches de la superficie en el lugar, que se sustituyen por material nuevo. Utilizando estimaciones para la producción de oxidantes en la superficie, encontró que el ritmo de aporte al océano es tan rápido que la concentración de oxígeno puede resultar superior a la de los océanos de la Tierra en sólo unos pocos millones de años.

Greenberg dice que las concentraciones de oxígeno pueden ser suficientemente grandes como para apoyar no sólo microorganismos, sino también “macrofauna”, es decir, organismos de tipo animal más complejos, que tienen una demanda mayor de oxígeno. El suministro constante de oxígeno puede sostener unos 3.000 millones de kilogramos de macrofauna, asumiendo demandas de oxígeno similares a las de los peces terrestres.
El océano de Europa se encuentra debajo de varios kilómetros de hielo que separan el océano de la producción de oxígeno en la superficie.

La buena noticia para la cuestión del origen de la vida es que habría un retraso de un par de millones de años antes de que el oxígeno llegue a la primera superficie del océano. Sin ese retraso, la primera química prebiótica y las primeras estructuras orgánicas primitivas se verían interrumpidas por la oxidación.

La oxidación es un peligro si los organismos no han evolucionado para protegerse de sus efectos perjudiciales. Es probable que un retraso similar en la producción de oxígeno en la Tierra haya sido esencial para que la vida empezara aquí.

Richard Greenberg es autor del reciente libro “Unmasking Europa: The Search for Life on Jupiter ’s Ocean Moon”. Presentó sus hallazgos en la 41 ª sesión de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana.

Fuente: Universe Today

10 octubre 2009

Descubren agua congelada en la superficie de un asteroide




votar


Los astrónomos han confirmado, por primera vez, que un asteroide contiene agua congelada en su superficie. Un análisis del asteroide 24 Themis muestra evidencias de hielo de agua, junto con compuestos orgánicos, dispersos en toda la superficie. Los científicos dicen que estos nuevos hallazgos respaldan la teoría de que los asteroides trajeron agua y compuestos orgánicos a la Tierra primitiva, ayudando a sentar las bases para la vida en nuestro planeta.

Humberto Campins, de la Universidad Central de Florida, y sus colegas registraron espectros del asteroide 24 Themis durante un período de siete horas, y pudieron estudiar el 84 por ciento de su período de rotación, según ha publicado Rob Cowen en Science News. Utilizando la instalación del telescopio de infrarrojos de la NASA en Mauna Kea, Hawai, vieron que los espectros revelan una presencia constante de agua congelada en diferentes partes de la superficie del asteroide.

Los análisis de la luz solar reflejada por el asteroide también muestran que hay compuestos orgánicos repartidos en la superficie, agregó, incluidos hidrocarburos aromáticos policíclicos, CH2 y CH3.

Humberto Campins

El nuevo hallazgo corrobora las observaciones anteriores del mismo asteroide hecha por los astrónomos Andrew S. Rivkin y Joshua Emery, que también utilizaron el telescopio infrarrojo. Durante varios años, Rivkin y Emery encontraron evidencias de agua congelada en puntos individuales de 24 Themis, pero no habían estudiado el asteroide mientras se cumplía un giro completo. En conjunto, los resultados de los dos equipos “ponen de manifiesto que toda la superficie del asteroide está cubierta con agua helada, dice Campins.

El asteroide 24 Themis fué descubierto en Nápoles el 5 de abril de 1853 por Annibale de Gasparis (1819-92).- Este asteroide dá nombre al "grupo de Themis" siendo el nº. 24 de la serie de la familias de asteroides de Hirayama. El asteroide de 160 kilómetros de diámetro se encuentra a una distancia promedio del Sol de alrededor de 3,2 veces la distancia de la Tierra al Sol. En ese rango, el agua helada en la superficie se evaporaría rápidamente, dice Campins. Eso significa que el hielo debe ser repuesto de manera continua, posiblemente por una reserva de agua congelada en la roca.

Una posibilidad es que el hielo está enterrado varios metros bajo la superficie de 24 Themis, y cuando es golpeado por los desechos espaciales, el hielo se abre camino a la superficie. Si este fuera el caso, se podría confirmar que algunos asteroides se asemejan a los cometas, convirtiéndose en activos de repente y eyectando material hacia el espacio cuando las bolsas de hielo se vaporizan, dijo Campins.

Otra opción es una acción similar a los hallazgos recientes de agua en la Luna, donde interactúa el viento solar con un cuerpo rocoso sin atmósfera crea moléculas de H2O y OH. Sin atmósfera, el cuerpo es expuesto al viento solar, que incluye iones de hidrógeno. El hidrógeno puede interactuar con el oxígeno de la superficie del asteroide para crear moléculas de agua.

Campins comparte sus hallazgos en la reunión anual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Americana.

Fuente: Universe Today



Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.