08 marzo 2009

Bye Bye Touchscreen ... nace QB1




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En la LIFT Conference 2009, celebrada en Ginebra, dos inventores han presentado un curioso ordenador, el QB1. Con un diseño sobrio y articulado, esta máquina está revestida de un material negro y, cuando reconoce a alguien, su pantalla se gira por sí sola hacia el usuario. Para darle órdenes no se necesita ni un teclado ni un ratón: QB1 es dirigido tan sólo con gestos de las manos. En los últimos años ha cambiado mucho nuestra forma de usar los ordenadores y, por tanto, tal vez sea hora de transformar el formato de éstos. Los creadores del QB1 aseguran que todos los objetos cotidianos tenderán cada vez más a convertirse en robóticos, y que esta tendencia también afectará a los ordenadores.
El ordenador puede tener en cuenta, de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario. Cuanto más se acerque éste a la máquina, mayor cantidad de información puede suministrarle el QB1. El QB1 supone una nueva forma de relación entre ordenadores y humanos.
Este tipo de interacción entre un computador y su usuario nos recuerda muy bien las escenas mostradas en un par de peliculas futuristas de ciencia ficción: Minority Report y Jhonny Mnemonic.
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En la actualidad, utilizamos los ordenadores para escuchar música, ver vídeos, conocer la actualidad y comunicarnos con nuestros amigos. ¿No es hora, por tanto, de que el formato de estos aparatos vaya cobrando una nueva forma más acorde con sus funciones?

Eso es lo que pensaron el ingeniero Frédéric Kaplan y el diseñador Martino d’Esposito a la hora de desarrollar el QB1. Ambos inventores comenzaron diseñando máquinas capaces de identificar a sus usuarios, ofrecer aplicaciones y ejecutar funciones.
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Cómo funciona
El QB1 presenta un diseño sobrio y articulado, y está revestido de un material negro. Cuando reconoce a alguien, su pantalla se gira hacia el usuario. Para que éste entre en contacto con él no se necesita ni un teclado ni un ratón: QB1 es dirigido tan sólo con gestos.
El ordenador puede tener en cuenta, de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario. Cuanto más se acerque éste a la máquina, mayor cantidad de información puede suministrarle el QB1.
La primera aplicación del QB1 presentada por Kaplan y d’Esposito es un reproductor automático de música que atiende los deseos del usuario: las canciones que le apetece oír, el volumen de la música, etc.
QB1 reconoce asimismo con quien está interactuando, y es capaz de ajustar gradualmente su interconexión con el usuario para hacer sugerencias cada vez más relevantes. Para ello, el sistema combina diversas técnicas de inteligencia artificial, cada una de ellas diseñadas para un tipo específico de predicción.
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Combinación de inventos
El tipo de interacción con gestos del QB1 está basado en diversos inventos desarrollados en la EPFL en los últimos dos años. Por otro lado, la máquina también incluye conocimientos de varias compañías del sector, incluyendo los de la firma Bluebotics.
El gran potencial de esta nueva generación de máquinas ha llevado a Kaplan y d’Esposito a fundar juntos OZWE, que es una extensión de la EPFL, para expandir el producto en el mercado.
Para empezar, en la LIFT Conference han buscado a gente que quisiera convivir con la máquina durante un tiempo en sus casas, para saber cómo se integraría ésta en los hogares. De los resultados de estas pruebas, podrían salir ordenadores físicamente interactivos y de formato muy novedoso.
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Antecedente: Wizkid
El año pasado, los inventores ya presentaron primer prototipo de ordenador-robot llamado Wizkid que fue presentado en la exposición “Design and the Elastic Mind” del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
Considerado como mitad ordenador, mitad robot, el aspecto de Wizkid era el de un ordenador corriente, pero con cuello. Su pantalla, situada sobre el cuello móvil, se movía como una cabeza, siguiendo los rostros humanos que hubiera a su alrededor.
Por Yaiza Martínez.


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