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El transbordador espacial Discovery se acopló este martes a la Estación Espacial Internacional (ISS) tras una aproximación casi perfecta, para cumplir la misión de entregar un nuevo par de paneles solares y dejar al primer tripulante japonés, informó la Nasa.
Ambas naves se acoplaron a las 21H19 GMT al tiempo que pasaban sobre el oeste de Australia y con seis minutos de retraso.
La aproximación se desarrolló sin problemas más allá de un inconveniente menor entre la comunicación de la ISS y el control de misión de Texas (sur).
Antes de llegar, el comandante del Discovery guió el transbordador para realizar un giro hacia atrás de 360 grados para que los astronautas de la estación pudieran fotografiar la parte inferior de la nave. Las imágenes digitales fueron transmitidas de inmediato a la Tierra. Los expertos analizarán las imágenes para detectar cualquier signo de daño producido durante el lanzamiento.
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Esto es rutina para controlar el estado de los ladrillos aislantes, causa del estallido del Columbia en 2003 cuando reingresaba a la atmósfera terrestre.
Tras el fin de esa maniobra de nueve minutos el transbordador giró, se colocó a unos 160 metros de la ISS y quedó frente a la estación.
"Adelante con el acoplamiento", llegó una voz desde Houston y Archambault maniobró con cuidado -ambas naves se trasladaban a 28.163 kilómetros por hora- para unirse 40 minutos después a la ISS.
En su misión de 13 días, los astronautas instalarán en la estación espacial, en tres salidas, un cuarto par de antenas solares, el último gran elemento de la estación orbital.
La energía disponible de la ISS pasará entonces a 120 kilovatios, frente a los 90 que tiene actualmente.
Una vez desplegadas, las antenas, formadas por 32.800 células, medirán 35 metros de largo y 11,58 metros de ancho cada una.
La misión también debe llevar una pieza de reemplazo para la nueva máquina de reciclaje de orina de los astronautas en agua potable, que fue entregada durante un vuelo precedente del Endeavour, aunque no funcionó bien.
El japonés Koichi Wakata, que permanecerá hasta junio en la ISS, será el primer astronauta de su país en tripular la estación orbital. Reemplazará a la estadounidense Sandy Magnus, quien llegó en noviembre de 2008 en el Endeavour y regresará en el Discovery.
El lunes, expertos rusos y estadounidenses evaluaron mover la estación de 100.000 millones de dólares para eludir un escombro de 10 cm potencialmente peligroso, cuya trayectoria elevó la voz de alarma horas después de que el Discovery despegara desde el Centro Espacial Kennedy en Florida (sureste).
Pero la agencia espacial estadounidense (NASA) señaló más tarde que la amenaza representada por el escombro, que se cree pertenecía a un satélite Kosmos 1275 de la era soviética que se desintegró poco después de su lanzamiento en 1981, ya había pasado.
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