La Tierra está rodeada de un campo de fuerza magnética – una burbuja espacial llamada “magnetosfera” decenas de miles de millas de ancho. A pesar de que mucha gente no sabe que existe, la magnetosfera es conocida. Es una parte lejana del mismo campo magnético planetario que desvía las agujas de las brújulas en la superficie de la Tierra. Y es importante.
La magnetosfera actúa como un escudo que nos protege de las tormentas solares. Sin embargo, según nuevas observaciones de la nave espacial IMAGE de la NASA y el grupo de satélites - Cluster satélites - con los que trabajan en forma conjunta la NASA y la Agencia Espacial Europea, a veces surgen grietas inmensas en la magnetosfera terrestre y permanecen abiertas por horas. Esto permite que el viento solar ingrese y produzca tormentas espaciales.
El viento solar es un chorro rápido de partículas cargadas eléctricamente (electrones e iones) que el Sol expulsa constantemente.Afortunadamente, estas grietas no exponen la superficie de la Tierra al viento solar. Nuestra atmósfera nos protege aún cuando nuestro campo magnético no lo hace. Los efectos de las tormentas solares se sienten principalmente en la alta atmósfera y en la región del espacio alrededor de la Tierra donde orbitan los satélites.
El viento solar es un chorro rápido de partículas cargadas eléctricamente (electrones e iones) que el Sol expulsa constantemente.Afortunadamente, estas grietas no exponen la superficie de la Tierra al viento solar. Nuestra atmósfera nos protege aún cuando nuestro campo magnético no lo hace. Los efectos de las tormentas solares se sienten principalmente en la alta atmósfera y en la región del espacio alrededor de la Tierra donde orbitan los satélites.
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